Como
de este género se derivan algunas variaciones, a menudo también se le llama
vallenato a los diferentes ritmos folclóricos y modernos similares que usan
acordeón. Sin embargo, la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata,
oficialmente solamente considera 4 ritmos vallenatos: el paseo, el merengue, la
puya y el son.8 Estos aires, no obstante, han sido influenciados por ritmos
caribeños y africanos que ya existían anteriormente
Paseo
A diferencia de todos los demás aires
de este folclor, el paseo vallenato tiene una cuadratura de compás de cuatro
tiempos. La marcación de los bajos es de uno por tres y a veces, de acuerdo con
la pieza, de dos por uno. Para los intérpretes es el aire más fácil de tocar.
Este ritmo recoge literariamente y de forma espontánea las historias y relatos
del pueblo.
El paseo es concebido originalmente
para perpetuar a través del canto la historia de los pueblos precolombinos de
la región, cuando chimilas, wayúus, tupes y demás habitantes del viejo
Magdalena componían estos cantos para reemplazar a la escritura inexistente,
tal como lo hicieron todas las naciones primitivas e iletradas del mundo. A
pesar de su antigüedad - que lo ubica en situación de privilegio frente a los
demás aires surgidos del mestizaje -, la palabra paseo es, en el ambiente
vallenato, la más nueva entre las cinco que nombran los ritmos tradicionales,
hasta el punto de no tener más de 80 años desde su popularización.
Musicalmente
hablando, el merengue vallenato tradicional tiene una cuadratura de compás de
seis por ocho, un compás derivado, ya que los compases originales son el de
cuatro tiempos, el de tres y el de dos.
Al
igual que la puya el merengue fue de los primeros ritmos en ser tocados con
acordeón e igualmente su auge se dio en los primeros años del presente siglo.
Sus mayores exponentes fueron Chico Bolaños, Octavio Mendoza y Chico Sarmiento.
En
lo que a las letras se refiere son muy pocas las veces en que son románticas;
la misma naturaleza del ritmo se presta muy poco para ello. La gran mayoría de
los merengues describen situaciones vividas por el compositor o simplemente son
dedicados a un amigo. Los merengues de ahora no tienen temas específicos, casi
siempre son compuestos para el jolgorio del pueblo. En el aspecto comercial el
merengue, junto con el paseo es el que más se graba y se vende, aunque en los
últimos trabajos discográficos, en promedio por cada cuatro paseos hay un
merengue.
En
Valledupar y demás pueblos del antiguo departamento del Magdalena Grande, el
ritmo más antiguo era llamado puya. Su nombre deriva del verbo puyar, y tiene
un compás de seis por ocho. Este ritmo, en su forma indígena, nunca tuvo canto
y consistía en la imitación hecha por el carricero –pitero o caña sillero-, en
ritmo rápido, del canto de algunos pájaros; se bailaba en hileras, llevando
cada persona las dos manos cerradas a la altura del pecho con los dedos
apuntando hacia delante y simulando que se puyaba repetidamente a quien danzaba
adelante. Posteriormente, a través del tiempo, se fueron fusionando los
distintos elementos triétnicos típicos de la cultura costeña y ribereña
colombiana, logrando sumarse la puya negroide, género cantado, a la puya
indígena, dándose como resultado la puya vallenata con su actual equilibrio
entre el canto, la melodía y el ritmo.
La
puya y el merengue en su patrón rítmico y armónico son iguales. La diferencia
está marcada en su concepción melódica: en el ritmo, en la música y
naturalmente en la interpretación que se haga, propia de cada pieza. Así, la
puya tiene una marcación en los bajos de dos por dos y, a veces, de dos por uno
en ciertos pasajes de la interpretación, aunque no en todas las piezas. La
velocidad que se le imprima no supone una diferencia, porque el intérprete la
toca a su gusto.
La
puya se destaca por ser el aire más rápido, y el que exige más habilidad en el
intérprete del acordeón. Se utiliza más comúnmente en las contiendas y
competencias de acordeonistas en los festivales vallenatos de Colombia.
Son
El
son vallenato tiene una cuadratura de compás de dos por cuatro. Una
característica esencial en la ejecución de este aire es la prominente
utilización de los bajos del acordeón en la interpretación de cada pieza, tanto
que los bajos pueden ser más notorios que la misma melodía emitida por el
teclado, principalmente en los acordeoneros de las nuevas generaciones.
El
son tiene una marcación en los bajos de uno por uno muy marcada, sobre todo en
intérpretes sabaneros o de influencia bajera – viejo Bolívar -; a diferencia de
los acordeoneros de la provincia, quienes interpretan el son más fluido, menos
marcado, más sutil y le dan una marcación de bajo de uno por dos y de dos por
uno, en ocasiones.
Como
el paseo, los sones son una especie de crónica en donde la singular narrativa
del cantor deja plasmados los acontecimientos de su existencia, particularmente
en esta especie se representan dramas nostálgicos que han constituido parte
importante en la vida del autor.